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Educa UNIVERSITY|ART AND ARCHITECTURE
No sé cuántas veces me han preguntado, Amadeo, ¿de qué va eso de la numeración de las artes? Y la verdad, después de tantos años lidiando con estas cuestiones, la respuesta ya me sale casi de memoria... aunque siempre disfruto el momento. Y es que este concepto, tan antiguo como la misma civilización, tiene mucho más que contar de lo que uno podría pensar. Así que hoy, te invito a que me acompañes en este recorrido personal y, por supuesto, muy práctico.
Primero, vamos a lo básico. La numeración de las artes no es solo una lista bonita para enseñar en las clases de historia del arte, es un sistema de clasificación que tiene sus raíces en el mismísimo Imperio helenístico, donde los griegos comenzaron a agrupar distintas expresiones artísticas según su importancia y naturaleza.
En la Antigua Grecia, se comenzó a hacer esta diferenciación entre las artes liberales (las que requerían del uso del intelecto) y las artes mecánicas (más vinculadas al trabajo manual). Esto terminó en la famosa división en siete artes liberales, que agrupaban disciplinas como la gramática, retórica, dialéctica, aritmética, geometría, astronomía y música. Es aquí donde, por primera vez, se numeran las artes en un sentido educativo y teórico.
¿Te parece un poco aburrido? Pues, vamos mejorando, porque con la llegada del Renacimiento la cosa se pone más interesante. En esa época se decidió clasificar las artes en mayores y menores, siendo las primeras consideradas más "nobles". ¿Y cuáles eran estas? Pues las que hoy reconocemos como las siete bellas artes: arquitectura, escultura, pintura, música, danza, literatura (o poesía) y, con el tiempo, se agregó el cine.
Aquí va un dato curioso: en realidad, el cine no fue parte de las artes hasta el siglo XX, cuando el teórico Ricciotto Canudo lo incluyó como el séptimo arte en su famoso manifiesto de 1911. ¿Te imaginas lo revolucionario que fue eso en su momento? Muchos no lo veían como un arte, ¡y míralo ahora!
No quiero quedarme solo en el pasado. Lo fascinante de la numeración de las artes es cómo ha seguido evolucionando. Hoy en día, además de las siete bellas artes, hablamos también de otras expresiones creativas que han luchado por ser reconocidas, como la fotografía, el cómic, los videojuegos y hasta el graffiti. ¡Sí, los videojuegos! Y no te equivoques, detrás de muchos videojuegos hay tanta creatividad como en las mejores obras de pintura o escultura. ¿Alguien dijo The Legend of Zelda? ¡Arte puro!
Hoy en día, ya no se trata solo de si tal disciplina merece estar en la lista de las artes, sino de entender que el arte está en constante transformación. Cada nueva tecnología, cada nuevo medio de expresión, trae consigo una forma distinta de crear. Y aquí es donde la numeración de las artes es más que una simple lista: es una forma de darle un lugar de honor a la creatividad en todas sus formas.
Si crees que todo esto es solo teoría, te sorprenderá saber que la numeración de las artes tiene aplicaciones prácticas en la vida cotidiana, como en la publicidad y el diseño. Los diseñadores, a menudo, emplean los principios de la numeración para crear obras visuales que atraen y capturan la atención mediante estructuras armónicas, patrones geométricos y juegos de simetría.
Incluso, en la música y la poesía, se utiliza este enfoque para crear ritmos y patrones que resuenen emocionalmente con el público. Piensa en tus canciones favoritas: esa simetría en las notas o versos no es accidental, es arte en su forma más pura y calculada.
Ahora bien, podrías preguntarte, Amadeo, ¿y qué importancia tiene todo esto en el siglo XXI? Pues mira, vivimos en una era donde las fronteras entre las artes son más borrosas que nunca. El auge de lo digital ha dado lugar a nuevas formas de expresión que no caben fácilmente en las categorías clásicas. Videojuegos, diseño gráfico, publicidad digital… ¡todo es arte! Y la numeración de las artes es una forma de darle contexto histórico a estas nuevas formas, poniéndolas en el mismo pedestal que las disciplinas clásicas.
Lo que la numeración de las artes nos enseña es que, aunque los tiempos cambien, la necesidad humana de crear sigue siendo la misma. Desde el arquitecto que diseña un rascacielos hasta el diseñador gráfico que elabora un logo, todos estamos buscando esa conexión entre forma y emoción, entre lo que hacemos y lo que sentimos.
Te lo digo sinceramente: el futuro está abierto. Quizá en unos años estemos hablando del metaverso como el undécimo arte, o de la inteligencia artificial como una nueva forma de creatividad. Lo que está claro es que, mientras el ser humano siga creando, la numeración de las artes seguirá siendo una herramienta útil para entender nuestro mundo creativo.
Y así, querido lector, termino mi reflexión. La numeración de las artes no es una lista estática, es un viaje continuo. Y como siempre digo: ¡Que vivan las musas!
Las facultades abarcan diversas disciplinas académicas y campos de estudio, abriendo puertas hacia nuevas perspectivas y explorando diferentes esferas de sabiduría en un mundo en constante evolución.
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