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El teletrabajo... esa palabra que hace unos años apenas se escuchaba en las oficinas. Hoy, tras el gran cambio que supuso la pandemia y la transformación digital, es casi tan común como pedir un café con leche. Como Carlos Hidalgo, he tenido la oportunidad de trabajar desde casa, con aciertos y errores, así que te contaré, desde mi experiencia personal, cómo esta modalidad de empleo ha transformado la manera en que vemos el trabajo.
El teletrabajo es simplemente una forma de trabajar remotamente, fuera de las oficinas tradicionales. Desde casa, una cafetería, o incluso en la playa (si tienes buena conexión). La clave está en la flexibilidad que te permite manejar tus tiempos y espacio a conveniencia, siempre que cumplas con tus responsabilidades laborales.
Este concepto, aunque parece moderno, tiene sus raíces en los años 70, cuando Jack Nilles lo acuñó mientras trabajaba en la NASA. Su idea era evitar los traslados innecesarios a las oficinas, reduciendo el impacto ambiental y los gastos derivados del transporte.
Yo comencé a teletrabajar de manera parcial antes de que se popularizara por la pandemia. Al principio, como todo, parecía un sueño: sin desplazamientos, más tiempo para mí y mis cosas, y la posibilidad de trabajar en pijama (aunque te aseguro que eso lo dejas de hacer rápido). Pero como en todo, con el tiempo, te das cuenta de que no todo es tan sencillo.
Si estás pensando en lanzarte al mundo del teletrabajo, aquí te comparto las principales ventajas que he experimentado y que muchos coinciden en resaltar:
El teletrabajo te permite manejar tus horarios. Esto es un gran pro si tienes hijos, te gusta hacer deporte por las mañanas o, simplemente, prefieres trabajar en horas nocturnas. No tener que cumplir con un horario rígido de 9 a 5 te libera y te hace más productivo.
Olvídate de los largos trayectos en coche o transporte público. No solo ahorras dinero en gasolina o billetes de metro, sino que también ganas tiempo para ti. Ese tiempo lo puedes invertir en cuidar tu salud, pasar más tiempo con tu familia o disfrutar de tus hobbies.
Al trabajar desde casa, tienes la posibilidad de estar presente para momentos importantes de la vida familiar. No es lo mismo llegar tarde del trabajo y ver a tus hijos ya dormidos, que poder hacer una pausa para compartir una comida o ayudar con las tareas.
La oficina en casa es como tú quieras que sea: música, iluminación, temperatura… todo lo decides tú. Esto genera un ambiente más cómodo y propicio para concentrarse. Eso sí, la clave es encontrar un espacio en tu casa que sea exclusivamente para trabajar, de lo contrario, las distracciones pueden ser un enemigo.
Ahora, te cuento lo que pocos dicen del teletrabajo y que he vivido en carne propia:
Trabajar desde casa puede ser solitario. Extrañas las conversaciones de pasillo, los cafés con los compañeros y esa energía que solo se siente en una oficina. No es lo mismo tener una reunión por Zoom que charlar cara a cara.
Esto es algo serio. El teletrabajo te da flexibilidad, pero si no te sabes organizar, puedes terminar trabajando más horas de las que deberías. Es muy fácil caer en la trampa de "solo un correo más" y de repente son las 9 de la noche. Establecer límites es vital para no quemarte.
El hogar está lleno de tentaciones: la televisión, las tareas del hogar, la familia. Es muy fácil perder el foco si no tienes una disciplina férrea. Por eso, te recomiendo tener un espacio de trabajo fijo y, si es posible, estar solo durante las horas laborales.
Otra gran desventaja es el sedentarismo. En la oficina te levantabas para ir a la impresora o para tomar café. En casa, es fácil quedarse sentado durante horas. A la larga, esto puede afectar tu salud, por lo que te recomiendo hacer pausas activas y moverte.
Ahora, te quiero compartir algunos consejos prácticos que me han ayudado a ser más productivo trabajando desde casa:
Establece un horario: Sí, la flexibilidad es genial, pero es fácil que el trabajo se extienda indefinidamente si no tienes un horario fijo.
Crea un espacio de trabajo: Busca un lugar tranquilo, con buena luz y que sea exclusivamente para trabajar. Evita trabajar en la cama o el sofá.
Haz pausas activas: Levántate cada hora, estira las piernas y camina un poco. ¡Tu espalda te lo agradecerá!
Desconecta: Al final del día, apaga la computadora y dedícate a ti o a tu familia. Es vital para mantener el equilibrio entre la vida laboral y personal.
El teletrabajo ha llegado para quedarse, y aunque tiene sus retos, también ofrece grandes beneficios. La clave está en organizarse, mantener un equilibrio y disfrutar de la flexibilidad que te ofrece. Desde mi experiencia, puedo decirte que no todo es color de rosa, pero si sabes adaptarte, puedes hacer del teletrabajo una forma de vida exitosa y gratificante.
Las facultades abarcan diversas disciplinas académicas y campos de estudio, abriendo puertas hacia nuevas perspectivas y explorando diferentes esferas de sabiduría en un mundo en constante evolución.
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