Bienestar Animal: Mi Experiencia en Primera Persona

Voy a ser claro desde el principio: el bienestar animal no es un lujo, es una necesidad. Hablo desde la experiencia, no desde lo que leí en un libro. A lo largo de mi vida, he tenido la oportunidad (y a veces la obligación) de estar en contacto con animales, desde perros y gatos hasta animales de granja. Y si algo he aprendido, es que el respeto y el bienestar hacia ellos son el reflejo de nuestra humanidad. No te cuento esto por postureo, sino porque lo viví, lo estudié y lo practiqué.

¿Qué es el bienestar animal?
En pocas palabras, el bienestar animal se refiere a las condiciones en las que viven los animales, asegurándose de que estén bien tratados, saludables y libres de sufrimiento. Esto incluye factores tan básicos como el acceso a comida y agua, hasta aspectos más complejos como la reducción de estrés y el respeto por sus comportamientos naturales. ¡Parece simple! Pero no lo es. Este concepto va más allá de solo darles de comer o tenerles una camita cómoda. Se trata de generar las condiciones óptimas en las que un animal pueda vivir de manera digna.

Mi contacto con el bienestar animal: De los errores se aprende

Cuando era niño, crecí en una casa donde tener un perro significaba simplemente que había un animal que rondaba el jardín. No había cuidados, no había atención más allá de lo básico. No me malinterpretes, no éramos crueles, pero ignorábamos lo que realmente significaba "bienestar". Ese perro no tenía compañía, ni juegos, ni una cama adecuada. Creíamos que darle comida y un techo era suficiente.

Qué equivocados estábamos.

Con los años, tuve la suerte de aprender (a veces a base de golpes) que el bienestar de un animal es tanto físico como emocional. Un perro necesita estímulos, una vaca necesita espacio para moverse, un cerdo debe poder manifestar sus comportamientos naturales. Sí, estamos hablando de algo más que "tener animales porque se ven lindos", es una responsabilidad ética y moral.

¿Por qué es importante el bienestar animal?

Si te soy honesto, no solo es importante para los animales. También lo es para nosotros. ¿Te suena raro? Pues te explico. Según estudios, el maltrato animal puede generar ambientes más propensos a la violencia y la indiferencia. El bienestar animal, por otro lado, fomenta el respeto, la compasión y mejora la salud mental de las personas que están en contacto con los animales. Lo que haces con los animales habla mucho de ti.

Además, en la ganadería, los animales que viven en mejores condiciones son más productivos. Una vaca menos estresada da mejor leche, un cerdo en un ambiente adecuado engorda mejor, y así sucesivamente. Los animales que están bien cuidados necesitan menos tratamientos médicos, lo que no solo es ético, sino también económicamente beneficioso.

Las 5 libertades del bienestar animal

Ahora que tienes una idea más clara de qué va esto, quiero compartirte las cinco libertades que marcan la pauta en bienestar animal:

1. Libertad de hambre y sed: Acceso continuo a agua limpia y una dieta adecuada.
2. Libertad de incomodidades físicas: Un entorno adecuado que les proporcione comodidad.
3. Libertad de dolor y enfermedad: Prevención o tratamiento oportuno de cualquier enfermedad o herida.
4. Libertad de expresar su comportamiento natural: Espacio suficiente y condiciones que les permitan comportarse como lo harían en su entorno natural.
5. Libertad de miedo y angustia: Garantizar que no sufran estrés psicológico.

Te lo repito: estas libertades no son un capricho, son la base de una vida digna para cualquier ser vivo. Ignorarlas es, francamente, una muestra de crueldad.

Mi experiencia trabajando con animales de granja

Mi verdadero "clic" con el bienestar animal ocurrió en una granja de cerdos donde trabajé durante algunos años. Aquí no había espacio para la ignorancia, cada decisión afectaba no solo a los animales, sino también a los humanos que dependían de su productividad.

Al principio, era todo sobre producción: cómo hacer que los animales engorden rápido, cómo reducir los costos. Pero luego, cuando aprendí a observar el comportamiento de los cerdos, me di cuenta de que el bienestar no era una cuestión secundaria. Cerdos que tenían espacio para moverse y socializar estaban más tranquilos, se enfermaban menos, y lo más sorprendente de todo, crecían más rápido. Aquí aprendí que, cuando tratas a un animal con respeto, todo el sistema se beneficia. No es magia, es ciencia.

El impacto de las nuevas leyes sobre bienestar animal

En los últimos años, las normativas sobre bienestar animal se han endurecido, especialmente en Europa. Los legisladores finalmente entendieron que el bienestar animal no es opcional, es esencial para garantizar la sostenibilidad en la producción de alimentos de origen animal. Las nuevas leyes abarcan desde el transporte de animales hasta su sacrificio, con la intención de reducir el estrés y el sufrimiento al mínimo.

Estas leyes también buscan dar un enfoque preventivo, en lugar de reactivo. Por ejemplo, en el manejo de perros callejeros, se apuesta por su control poblacional y bienestar, en lugar de aplicar eutanasias masivas. ¿Qué te dice esto? Que la sociedad está evolucionando hacia un trato más ético con los animales.

El futuro del bienestar animal

Para cerrar, quiero que te quedes con esto en mente: el bienestar animal no es una moda pasajera, es un compromiso de por vida. La forma en la que tratamos a los animales está directamente relacionada con nuestra salud, nuestra economía y nuestro planeta. Y como diría un viejo amigo mío: "Si cuidas a los animales, ellos cuidarán de ti".

Porque, al final del día, el bienestar animal es también bienestar humano.