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2024-10-02

HEALTH

Salud de un asistente administrativo: La verdad incómoda detrás del escritorio

Salud de un asistente administrativo: La verdad incómoda detrás del escritorio

Hola, me llamo Carlos Hidalgo y hoy quiero hablarte de algo que pocas veces se menciona cuando pensamos en el trabajo de un asistente administrativo: su salud. Si bien mucha gente tiene la impresión de que es una tarea tranquila, sentada frente a un escritorio y alejada del “peligro”, la realidad es que este trabajo tiene sus propios desafíos de salud que pueden afectar gravemente el bienestar a largo plazo.

He pasado más de 20 años trabajando en oficinas, interactuando con asistentes administrativos, y quiero contarte lo que he aprendido. Vamos a desglosar los principales problemas, cómo evitarlos y qué puedes hacer para mejorar tu día a día. Pero ojo, lo haremos con un tono realista y práctico, porque de nada sirve pintar de rosa una situación que necesita acciones reales.

Trastornos Musculoesqueléticos: El precio de una mala postura

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Primero lo primero: las malas posturas. Pasar horas y horas sentado puede sonar cómodo, pero cuando lo haces en una silla que no está diseñada para tu cuerpo, o te sientas de forma incorrecta, es como firmar un contrato para dolores de espalda. El cuello, la zona lumbar, los hombros... todo se ve afectado. Y no es algo que ocurra de la noche a la mañana, es un desgaste lento, diario, que eventualmente te pasará factura.

¿Has oído hablar del síndrome del túnel carpiano?

Esta es otra de las joyas de la oficina. Los movimientos repetitivos de los dedos y las muñecas al teclear durante horas pueden causar inflamación en los tendones que atraviesan el túnel carpiano, lo que lleva a dolor, hormigueo y hasta la pérdida de fuerza en las manos. Y sí, esto puede ser incapacitante si no lo tratas a tiempo.

¿Cómo puedes evitarlo? Es fundamental contar con una silla ergonómica, que te permita ajustar la altura y soporte lumbar, además de tener un escritorio a la altura adecuada. Pausas activas cada hora son claves: levántate, estira tu cuerpo, haz movimientos circulares con las muñecas y los hombros. Invierte en tu salud hoy, o lo pagarás más tarde​.

Estrés: El enemigo silencioso

Si trabajas como asistente administrativo, ya sabes que la carga de trabajo y los plazos ajustados son el pan de cada día. Y si a eso le sumas el trato con superiores, compañeros y el teléfono sonando sin parar, el cóctel de estrés está servido. La presión constante puede acabar con tu salud mental, y se manifiesta en ansiedad, insomnio y agotamiento.

Algunas veces, el estrés puede derivar en lo que se conoce como síndrome del burnout: esa sensación de estar quemado y que no te importe nada de lo que haces. Cuando llegas a ese punto, el agotamiento físico y mental es brutal, y salir de esa espiral es muy complicado.

¿Cómo lo manejas? Aquí van algunos consejos que funcionan: delega cuando puedas, prioriza tareas y, sobre todo, establece límites claros. Además, la respiración profunda y algunas técnicas de meditación pueden ser herramientas sencillas pero poderosas para aliviar el estrés​.

Fatiga Visual: Tus ojos, el primer campo de batalla

Otra consecuencia directa del trabajo administrativo es la fatiga visual. Si pasas más de 6 horas al día frente a una pantalla, ya sabes de lo que hablo: ojos secos, visión borrosa, dolores de cabeza... Es lo que los expertos llaman Síndrome Visual Informático. Tus ojos no están diseñados para enfocar de forma continua a un punto tan cercano durante tanto tiempo.

¿Un truco? Sigue la regla del 20-20-20: cada 20 minutos, mira algo que esté a 20 pies (6 metros) de distancia durante al menos 20 segundos. Y no olvides parpadear, algo tan simple pero que solemos olvidar cuando estamos concentrados frente al ordenador.

Factores de riesgo ergonómicos

Los problemas musculoesqueléticos no se limitan solo a la espalda o las manos. Existe una amplia gama de riesgos ergonómicos en el entorno de trabajo de un asistente administrativo. Malas posturas al sentarse, la falta de pausas adecuadas y la repetición de movimientos no ergonómicos pueden agravar trastornos como la epicondilitis lateral (también conocido como “codo de tenista”), el síndrome del manguito rotador o incluso la temida lumbalgia crónica​.

Lo que debes hacer para contrarrestarlo es asegurarte de que todo tu espacio de trabajo esté diseñado para facilitar movimientos naturales y minimizar tensiones innecesarias. Esto incluye desde el ángulo de tu silla hasta la distancia y altura de tu pantalla.

Ambiente laboral y salud emocional

Un aspecto que muchos subestiman en la salud del asistente administrativo es el ambiente laboral. Un ambiente tóxico, donde no te sientes valorado, puede ser una fuente constante de estrés emocional. Si tu jefe no valora tu trabajo, si los compañeros te cargan con tareas que no te corresponden o si simplemente no hay un clima de colaboración, tu salud mental se deteriorará rápidamente.

La comunicación abierta es crucial. Habla con tus superiores sobre tus necesidades, busca un equilibrio entre tu vida personal y laboral, y si el entorno sigue siendo tóxico, plantéate seriamente buscar otros horizontes. Nada vale tanto como tu bienestar.

Conclusión: Toma las riendas de tu salud

Ser asistente administrativo no es tan sencillo como parece, y la salud de quienes ocupan este puesto puede verse comprometida si no se toman medidas a tiempo. Pero la buena noticia es que puedes prevenir muchos de estos problemas. La ergonomía, las pausas activas, la correcta gestión del estrés y un ambiente laboral saludable son piezas clave para mantenerte en forma.

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